3.11.09

31.10.09

Wear Sunscreen

Este es uno de mis discursos favoritos, cada dia trato de seguirlo, sin embargo, cuando algo se me olvida, agradezco tener la oportunidad de ...............VOLVER A COMENZAR, porque nunca es tarde

Prensa Cultural

Fronteras en la prensa cultural. Los modos de trabajo son tan diversos en cada zona periodística que, por lo mismo, cuando alguien que cobraba en un diario se traslada a otra editorial tiene que comenzar de nuevo a rediseñar su maquinaria labora, acoplarse a un nuevo sistema.
El oficia es una labor de estilo personal o de la imposición de un estilo personal, de visiones agudas que se van afilando con los años de limar las éticas que así mismo se van definiendo con la formación del ser, de la cultura que no traiga consigo, de las clases de amor da las letras que ronden por la cabeza porque un periodista es, fundamentalmente, un escritor, aunque un escritor no necesariamente sea un periodista. El periodista diferencia de muchos otros oficios, cada día es distinto porque cada día tiene que ordenarse con nuevos cimientos literarios y gráficos.
Durante mas e doce años, la cultura ha ido olvidando los talleres de creatividad, la participación y los contenidos críticos para convertirse en espectáculo, negocio. Los contenidos se han medido, bien por el índice de ausencia, o bien por la elegancia, el glamour o el estatus que comportaba poseer una determinada obra o asistir a una determinada representación. Los contenidos realces han importado tan poco que el ciudadano o el crítico incluso han perdido la capacidad de juicio, presionados como han estado por los suplementos culturales, las instituciones y los responsables de relaciones públicas.
Hay respetados periodistas que critican con agudeza el sistema político cultural pero están con la nomina gubernamental, ya asesorando al licenciado del Instituto Nacional de Bellas Artes, ya en la cobranza como investigador de estudios históricos de antropología, ya redactando bajo un prudente seudónimo programas de mano para festivales institucionales.
El mercado siempre ha estado rodeado de un halo de espectacularidad. Donde hay un mercado hay mercaderes, hay la imperiosa necesidad de ensalzar las mercancías propias como si fueran cosas extraordinarias. El brillo de lo extraordinario forma parte de la presentación habitual de las mercancías, como el ruido de las herramientas forma parte del trabajo. Los personajes, sucesos y productos mas fascinantes, los mas llamativos, los mas horribles, adquieren en el mercado algo de aquel carácter de rareza absoluta que cada mercancía reclama para si. Hablando de la sociedad de la sensación.
De ahí que el arte, ahora pueda ser, ya cualquier cosa. Su definición rigorosa, estricta, se ha extraviado en los laberintos del mercado contemporáneo. Lo que sucede, hoy a los artistas y a los intelectuales es ese acoso del miedo de caer en el abismo del no ser percibidos. Ser significa ser percibido.
Los medios están más que nunca en manos del poder económico y la precariedad del mercado de trabajo ha convertido a los profesionales en impotentes instrumentos al servicio del discurso único y del pensamiento único. La prepotencia de los poseedores de los medios de producción esta además ratificada por el aval de la mayor parte del discurso teórico que apuesta por un a simple descodificación de los medios desintencionalizada de cualquier veleidad critica. Los medios no han de transformar la realidad sino representarla, pero lo cierto es que todos los medios apuestan por la transmisión de una visión neopositva de la realidad de un determinismo que instaura el presente como inquisición, el pasado como obsoleto y el futuro como imperfecto.

CULTURA, ETICA Y PRENSA

El hombre es el mismo en todas las épocas, los hombres son buenos solo de una manera y malos de muchas, no se puede obligar a un hombre a mirar por en medio de las cosas, a proclamar su sensatez o su insensatez.
El periodista sabe cuando mienta, aunque se empecine en ocultarlo. La prensa es hoy un ejército con especialidades cuidadosamente organizadas; los periodistas son los oficiales y los lectores son los soldados, como Goebbels mencionaba en su discurso. Cada cual pensara lo que le hagan pensar, y lo sentirá como su libertad.
Sin embargo el hecho de que una persona tenga como requisitos morales la virtud, el seguimiento de la ley y el respeto a la palabra dada depende de sus intereses personales, y por lo tanto, de sus circunstancias sociales, la moralidad se siente más que se juzga.
La ética periodística se le empieza a ver más como un recurso ornamental que destaca la imagen de independencia, crítica y responsabilidad de un medio, que como un real mecanismo para profesionalizar y dignificar la tarea informativa.
El derecho a la información es sobre todo del lector, no del periodista. Si se encuentran trabas, se superan si estas añaden información, se cuentan; si no es así, se aguantan. Las columnas del periódico no están para que el redactor desahogue sus humores, por justificados que sean.
La prensa se rige, más que por una posible ética por una apresurada agenda irrefutable de ritos y costumbres, prejuicios y tabúes, autocensura y auto….matismo, pues hay imposiciones rebatibles que no merecen ninguna discusión en la práctica.
Me parece interesante que Omar Raúl Martínez señala cinco razones por las cuales se incurre en conductas alejadas de toda integridad, responsabilidad y profesionalismo.
1.- La corrupción
2.- conflictos de interés
3.- La espectacularización
4.- La falta de acceso real a la información de órganos del estado
5. La incompetencia o ausencia de profesionalismo de los periodistas.
Para que los periodistas posean una ética no bastan una ley ni una regulación ni un canon irrefutable. Con promover un código bastaría y para eso uno diferente en cada sociedad periodística
Ética es hacer lo correcto aun en contra de nuestra oposición. Lo único cierto es que la ética no se enseña, acaso se teoriza.
Baltasar Gracian decía algunos hombres son buenos para ser mandados, porque todo lo cumplen con exquisita diligencia, pero no valen para mandar porque piensan mal y eligen peor y siempre tropiezan en desaciertos. Quien no tiene ojos para ver, menos los tendrá para verse.
Son las desgracias, justamente las que remueven a la prensa, desde sus orígenes la prensa ha resaltado los crímenes y las actitudes violentas porque los editores han sabido que el vandalismo tiene un publico cautivo.
Los editores para destacar los sucesos sangrientos, incluso utilizaban otro papel en sus publicaciones: el amarillo y se les identifica también por su escritura: exagerada, excesiva, descuidad y con un salpicado chusco de charlatanería. Sus calificativos suenan normales en un mundo de antemano pervertido y escatológico.
Después aparece la denuncia y junto a esta aparece el segundo ingrediente fundamental del periodismo: la sinceridad. El periodismo no seria lo que es: papeles que atestiguan, con honda sinceridad e irrenunciable protagonismo denunciatorio el paso del hombre por el mundo.

30.10.09

BROZO

TENDENCIAS EN LA ETNOGRAFIA DE MEDIOS DE COMUNICACIÓN.

El vínculo más claro de esta etnografía de la comunicación interpersonal con la de los medios de comunicación se encuentra en el protagonismo de la interacción como objeto de estudio.

Desde el punto de vista metodológico, las etnografías sobre producción de noticias son uno de los terrenos de aplicación de la etnografía a la comunicación en el que más bien se empezó a producir una ruptura de las fronteras materiales del trabajo de campo.

El segundo de los ámbitos que se ha desdibujado en la investigación se corresponde con los estudios culturales sobre recepción de los públicos.

El tercero de los factores deslocalizadores de la etnografía de la comunicación se encuentra en las etnografías digitales, del ciberespacio, ciber-etnografías o etnografías virtuales.

El estudio de la comunicación a través de internet ha supuesto un nuevo reto para la etnografía de la comunicación con nuevas formas de interacción social que están teniendo importantes consecuencias a nivel metodológico.

Los trabajos etnográficos de internet proliferan a partir de la segunda mitad de la década de los 90 y se convierten en el exponente más claro de la disolución del espacio objeto de estudio con consecuencias en los diseños metodológicos de los trabajos de campo y en la recogida de datos.

CONSECUENCIAS DE LA DESLOCALIZACION DEL TRABAJO DE CAMPO.

Lo que mejor distingue esta forma de investigar que llamamos etnografía es que se trata de una vivencia y no sólo de un método de investigación.

El ambiente objeto de estudio es con los miembros que forman parte, el investigador tiene que ser capaz de entender el significado de las acciones que mueven a los individuos del ambiente estudiado, comprender sus objetivos y sus motivaciones.

El éxito del proceso de observación se hace evidente cuando este observador intruso es capaz de aprehender la realidad que lo rodea y de explicarla no superficialmente ni aparentemente como lo haría un mal periodista sino profundizando en las corrientes internas que le dan sentido y que a menudo demos por descontadas y naturales.

Eso obliga a diseñar trabajos de campo con periodos de observación intensiva, durante el cual se puedan recoger de la forma más neutral posible un gran volumen de datos de naturaleza muy diversa que después, en la fase de análisis, se tendrán que ordenar y explicar esmeradamente.

La deslocalización del trabajo de campo que se ha dado en los diversos ámbitos de la etnografía de los medios de comunicación tiene consecuencias importantes en el diseño y planificación de este método como expongo a continuación.


EL ACCESO INTERPERSONAL

Planificar la forma en qué el observador se tenga que introducir en la organización o colectivo a estudiar, dos tipos de acceso en el proceso de observación: el organizacional y el interpersonal.

Los porteros conocen bien al colectivo a estudiar y en organizaciones formalmente
Establecidas, estos pueden conseguir cosas y también "suelen ejercitar algún grado de vigilancia y control, tanto para bloquear ciertas líneas de investigación como para guiar al observador de campo en una dirección u otra.

Los miembros de los ambientes estudiados no se pueden ver sólo como actores participantes a no observar desde la distancia sino sobre todo como informadores interesados que pueden aportar al observador significados, motivaciones y valores que no son fáciles de observar a simple vista. Para que los participantes accedan a informar al investigador es necesario establecer relaciones interpersonales con ellos y conseguir que estas informaciones sean fiables y sinceras.

Tendencia hacia el tratamiento de objetos de estudio que he caracterizado como contextos deslocalizados porque hacen trabajos de campo que se extienden por múltiples contextos como por ejemplo aquéllos que son de naturaleza virtual.

La etnografía siempre ha tenido una imagen de procedimiento de investigación para recoger datos mientras que otras técnicas como las encuestas o los experimentos se han identificado para producir datos.

Ha sido el método lo que se ha puesto al servicio de los objetos de estudio y no al revés. Eso, que para algunos se puede ver como un signo de debilidad científico, es, a mi entender, una calidad de la versatilidad metodológica de la etnografía delante de un mundo social cambiante que se resiste a ser observado desde un cientificismo dogmático.

ETNOGRAFÍA DE LA COMUNICACIÓN.

INICIOS

La investigación etnográfica nació a principios del siglo XX. Desde el punto de vista metodológico la investigación antropológica se caracterizaba por una división del trabajo en la cual unos recogían los datos y otros las analizaban y sacaban las conclusiones pertinentes. Después la disciplina dio un giro empirista y se defendió que los antropólogos fueran al mismo tiempo los recolectores y los interpretes de los datos sobre las que se construían las teorías de la disciplina.

Uno de los trabajos más destacados de este tipo es el realizado por William Foote Whyte, un estudiante de doctorado de clase social media-alta, quién vivió durante cuatro años (1937-40) en un suburbio de la ciudad de Boston para introducirse en las redes del crimen organizado, en los ambientes de la barriada y en los grupos juveniles.

Se mantuvieron las características metodológicas de delimitación de un espacio de observación en el cual se tenía que trasladar el investigador, la convivencia con los sujetos estudiados, la observación de la interacción social en el ambiente natural y el papel de los participantes como informadores privilegiados, siempre orientando la atención hacia los diferentes.

Demuestra Erving Goffman que la vida es como una representación teatral con un escenario y un trasfondo o como un establecimiento comercial con un escaparate y una trastienda, y todas nuestras relaciones sociales están marcadas por los rituales que se consideran convenientes en cada uno de estos escenarios.


LA COMUNICACIÓN COMO INTERACCIÓN

Estudiar de forma etnográfica el complejo territorio de la comunicación es analizarla en favor de la comunidad como contexto, investigando los hábitos comunicativos como uno todo y que cualquier uso de los canales y los códigos de comunicación se observen como recursos aplicados por los miembros de la comunidad.

Los etnógrafos se ocupan de los patrones de la interacción social entre los miembros de un mismo grupo cultural o de diversos, como los microprocesos de la interacción social se relaciona con los aspectos macrosociales. La cultura se convierte en un elemento configurador de las interacciones sociales.

La etnografía de la comunicación no orienta su foco de atención hacia la totalidad de la cultura de un grupo social sino que se centra en escenas particulares, y es la única tradición en la cual el análisis de los datos tiene un tratamiento tanto cualitativo como cuantitativo.